jueves, 21 de abril de 2011

Puerto Madero

A cinco minutos del centro, el circuito turístico perfecto: buena mesa, hotelería cinco estrellas, vida silvestre y abundante historia de la ciudad.

El Puente de la Mujer, del arquitecto valenciano Santiago Calatrava, resplandece en el Dique 3 de Puerto Madero.
Es el barrio más joven de la ciudad, ubicado en una zona antigua y tradicional: el puerto mismo de Buenos Aires. Fue éste un proyecto de Eduardo Madero (de quien tomó su nombre definitivo) inaugurado en 1889. Su vida útil real no superó los 20 años pero sus docks de ladrillos ingleses en aspecto y construcción, hechos entre 1900 y 1905, todavía están en pie.

La decadencia del puerto comenzó en 1930 y quedó abandonado hasta los 90, cuando se inició la reconstrucción edilicia de toda el área. El resultado es una insólita mezcla de arquitectura de última generación y las antiguas estructuras −diques, depósitos, silos− recuperadas con gracia para servir de restaurantes de toda laya, viviendas particulares, oficinas, proyectos hoteleros de alto nivel como el Hilton y el Faena Hotel & Universe… y hasta una universidad.

Las calles tienen nombre de mujeres importantes en la vida de la Argentina, de todos los tiempos: Encarnación Ezcurra, esposa del Gobernador Juan Manuel de Rosas, Alicia Moreau de Justo, médica y política, Olga Cossettini, maestra y pedagoga santafesina y Azucena Villaflor, fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, también ella desaparecida.

En la zona Este, las construcciones modernas crecen a velocidad sorprendente: se calcula que en 2007, 14.000 porteños habrán elegido la zona para vivir.

La zona de Puerto Madero encuentra su límite en Dársena Norte (a la altura de la Avenida Córdoba). En ese lugar, de marzo a octubre, el Buque Almirante Irízar luce su silueta empinada y su inconfundible casco naranja: se trata de un rompehielos que cada primavera rumbea al sur, para hacer la Campaña Antártica y que se puede visitar. Los guías son los mismos tripulantes que llevan a los interesados en grupos de a veinte a recorrer todo el barco, desde el puente a la sala de máquinas, en un reconocimiento que apasiona a gente de todas las edades. Enfrente, el edificio de una disco se inspira en la Ópera de Sydney y balconea sobre el Dique 4, en el que el Yacht Club reserva su club house flotante sólo para socios.

En el Dique 3, el Puente de la Mujer extiende su estilizada silueta sobre las aguas. Fue diseñado por el arquitecto e ingeniero valenciano Santiago Calatrava y se inauguró a fines del 2001. Se trata de una estructura de acero, con forma de arpa acostada, que costó seis millones de dólares y se destina a uso peatonal. Un original sistema de rotación permite el tránsito marítimo por el dique (como también ocurre con los antiguos puentes que dividen los diques entre sí), mientras que un mecanismo de seguridad impide el paso de los peatones si el viento sopla a más de 70 km por hora. Una circunstancia que nunca atemorizó a su vecina, la entrañable Fragata Sarmiento, el antiguo Buque Escuela de la Armada Nacional, construido en Inglaterra en 1898. Su delicada figura navegó los mares del mundo hasta 1940. Desde 1995 está anclado en Puerto Madero, para delicia suprema de los chicos que pueden visitarla y enterarse de cómo eran los buques en aquellos tiempos. Está en perfecto estado de conservación, y aunque merecería renovar la cartelería y serían bienvenidas las visitas guiadas, no hay que dejar de conocerla.

Del otro lado del Dique, conocido como Puerto Madero Este, el Edificio Molinos Río de la Plata es un enorme conjunto de silos del 1902, que da fe de la época en que el país fue llamado “granero del mundo”.

En el último Dique, el 1, espera la Corbeta Uruguay, que con 131 años de edad, es una de las naves argentinas más antiguas aún a flote. Así como se ve, en 1903, comandada por Julián Irízar, rescató en la Antártida a los náufragos de la expedición científica sueca de Otto Nordenskjöld. Británica de nacimiento, también fue Buque Escuela y como tal realizó 37 viajes de instrucción.

A esa altura, del otro lado de los diques, aguarda la antigua Costanera Sur que aún conserva las bajadas al río y el espigón de cuando era el balneario municipal de la ciudad, (antes de que, en la década de los 70, se iniciara la construcción de la Reserva Ecológica). En la esquina de Avenida España y Dellepiane, se encuentra el Museo de Calcos, donde se ven reproducciones de las más importantes esculturas de la historia del arte mundial: son tres salones pequeños y las estatuas de yeso −la Venus de Milo, el David, entre otros− están un tanto amontonadas en un conjunto simpático y curioso de ver. En el lugar funciona la Escuela Superior de Bellas Artes Ernesto de la Cárcova, cuyos alumnos trabajan en los pabellones.

Si de esculturas se trata, en diagonal al Museo, está la Fuente de las Nereidas, una de las piezas más importantes de la ciudad, obra de la escultora tucumana Lola Mora. Su primer destino, en 1903, intentó ser la Plaza de Mayo pero al año siguiente se la instaló en el Paseo de Julio (hoy Leandro N. Alem), desde donde fue trasladada por impúdica al lugar que hoy ocupa. Fue en 1918, cuando se inauguró el balneario municipal.

Casi enfrente, está la entrada principal a la Reserva Ecológica, 350 hectáreas pobladas de vegetación típica del delta, en las que viven 250 especies de aves, anfibios, reptiles y mamíferos y 50 variedades de mariposas: para poder verlos hay que evitar los fines de semana, sobre todo por las tardes, donde el lugar está superpoblado de visitantes. Fauna y flora se pueden apreciar en un paseo largo que se hace caminando o en bicicleta y que tiene su mejor parte a orillas del río, donde se disfruta del silencio, viendo los barcos entrar o salir del puerto y de una panorámica poco usual de la ciudad.

Los recorridos están señalizados y en el lugar hay vigilancia permanente, pero también ofrecen la posibilidad de hacer visitas guiadas.

No es el único espacio verde de la zona: entre la Avenida Calabria y las calles Rosario Vera Peñaloza, Julieta Lantieri y Juana Manso, a la altura del Dique 2, se extiende el Parque Micaela Bastidas (así se llamaba la esposa del líder inca Tupac Amaru) y sus siete hectáreas de diseño ultramoderno, tan original como agradable de ver.

El paseo por las anchas veredas de la avenida Tristán Achával Rodríguez, la costanera, permite ver algunos testimonios del Balneario Municipal que, desde 1918 hasta fines de los años 40 fue un escenario importante de la vida porteña en verano. Aún siguen en pie los faroles originales importados de Francia; la glorieta que, a la altura de la Av. Belgrano, protege el monumento a Luis Viale (héroe de un naufragio frente a esas costas) que originalmente estaba en la Recoleta, y el mástil que, en la intersección del Boulevard de los Italianos, conmemora la visita del príncipe Humberto de Saboya en 1924. Por último, la Cervecería Munich −actual sede del Centro de Museos de Buenos Aires−, construida por el arquitecto húngaro Andrés Kalnay en 1927, es el único testimonio edilicio de la intensa vida social que alguna vez tuvo la Costanera Sur.

Reserva Ecológica
Av. Tristán Achával Rodríguez 1550. 0800-444-5343/ 4893-1588/1597. De abril a septiembre, martes a domingos de 8 a 18. De octubre a marzo de 8 a 19. Hay dos accesos: el principal está a la altura de la calle Brasil, el otro a la altura de Viamonte, en ambas hay baños y centros de información. Visitas guiadas: sábados, domingos y feriados a las 10:30 y a las 15:30. Gratis. Hay guías de habla inglesa.

Museo de Calcos y Escultura Comparada
Av. España y Dellepiane. De lunes a viernes de 9:30 a 13. Sábados y domingos de 11 a 18. Los fines de semana, visitas guiadas durante todo el día.

Museo Flotante Buque Fragata Sarmiento
Dique 3. Todos los días de 9 a 20.   

Museo Buque Corbeta Uruguay
Dique 1. 4314-1090. Todos los días de 9 a 20:45. Las visitas se suspenden si llueve. Visitas guiadas.

Buque Almirante Irízar
Dique 4. (Entrada del estacionamiento por Cecilia Grierson y Av. Tristán Achával Rodríguez). Viernes, sábados y domingos de 14 a 18, entre marzo y octubre; el resto del año, el Irízar realiza la Campaña Antártica. Gratis.

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