sábado, 21 de enero de 2012

CACEROLAZO por el Famatina


Atención Buenos Aires!
El Lunes 23 de Enero, a las 19,30hs, cacerolazo en el Obelisco , en apoyo a Famatina.
BASTA YA de megaminería. (Invita Conciencia Solidaria)




MUSEO HISTORICO SARMIENTO


Inscripción a cursos y talleres 2012 - A partir del lunes 13 de febrero de 13 a 17,30 horas.


New7Wonders Cities « N7W Cities

Ahora se van a elegir las nuevas 7 ciudades más maravillosas del mundo. Hay postuladas 1200, entre las cuales, hay varias de Argentina. Quieren votar y ver cuales se postulan?
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Voten por Buenos Aires, desde luego. ;)

viernes, 20 de enero de 2012

Cuatro propuestas para comer al aire libre en Buenos Aires

Tan desesperados como vos por sobrevivir al verano porteño, buscamos cuatro opciones para sentarte a comer lejos de las bocinas y cerca de la naturaleza.


Tan desesperados como vos por sobrevivir al verano porteño, buscamos cuatro opciones para sentarte a comer lejos de las bocinas y cerca de la naturaleza.


El verano llego hace rato y para los que permanecen en la ciudad las alternativas para no morirse de la deshidratación, o de tedio son escasas. Claro que se puede hacer una escapada a las inmediaciones, pero ¿a dónde ir un día de semana a mediodía cuando uno está atrapado en el microcentro?, ¿a dónde ir después, a disfrutar de la noche, sin peligro de achicharrarse? Es cierto que una alternativa al alcance de la mano es sentarse al fresco de la vereda en un bar con mesitas afuera, pero la mayor parte de los lugares que ofrecen ese servicio, a la larga, no son más que espacios donde se sigue transpirando la gota gorda mientras nos quedamos afónicos intentando superar con nuestra voz el sonido de las bocinas. Los espacios con verdaderos patios, jardines o terrazas, son un bien preciado, casi un tesoro. Estos oasis en la ciudad existen, no son meros espejismos.


Tan desesperados como vos por sobrevivir al verano porteño, buscamos cuatro opciones para sentarte a comer lejos de las bocinas y cerca de la naturaleza.

Gioia es el restaurante del Hotel Park Hyatt, pero no sólo no es de uso exclusivo de los huéspedes, sino que el público foráneo es más que bienvenido. Con sólo cruzar el umbral ya se tiene la sensación de estar en un lugar hermoso y lejano, muy lejano de la ciudad. El restaurante está ubicado exactamente en el corazón de la manzana, en las terrazas que dan a los jardines del Palais Duhau, una exquisita edificación estilo francés construida en 1934. Desde las mesas de la terraza se tiene la vista imponente del Palais y más allá de las fronteras del Hyatt, de las casas vecinas: la embajada de El Vaticano y una casa particular, que también prestan la sombra de sus árboles centenarios. Rodeados de plantas, torcazas y gorriones, podemos empezar a pensar en comida. La propuesta culinaria de Gioia es acorde con la ambientación, que oscila entre la elegancia de lo clásico, y la sobriedad de lo contemporáneo. La oferta creada por Franco Cansano y Fabio Brambilla, dos chefs con una extensa trayectoria, es de moderna cocina italiana. Cabe aclarar que los cocineros se conocieron trabajando en hoteles de Italia, por lo que conocen la cocina de este país desde sus costados más auténticos y refinados. Al mediodía se puede degustar una extraordinaria entrada de antipasti en self service, en la que hay todo tipo de delicatessens (búfala con tomates asados, mariscos en diversas preparaciones, salmón frío, fiambres, quesos de elaboración nacional pertenecientes a la cava del hotel y mucho más). Entre los principales se destacan las pastas, los risottos y los pescados grillados con acompañamientos varios, perfectos cómplices del clima veraniego. Los postres también se sirven en bufet, con especialidad en tiramisú y panacotas. Por la noche, se puede probar un menú de tres pasos que homenajea a una zona de Italia y va cambiando mes a mes. Bajo las estrellas, escuchando el murmullo del agua, casi un sueño con príncipes y princesas, ¿qué más se puede pedir?Gioia, restaurante y terrazas, Posadas 1350, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.Teléfono: 5171-1330.


Tan desesperados como vos por sobrevivir al verano porteño, buscamos cuatro opciones para sentarte a comer lejos de las bocinas y cerca de la naturaleza.


El restaurante del Museo Evita posee uno de los más codiciados patios en la ciudad. Es un verdadero clásico. Precursor de los restaurantes en museos, enclavado en barrio norte y a tan pocas cuadras del Botánico, que tan sólo caminando por la zona uno ya se siente más fresquito. El museo está en un petit hotel erigido en la primera década del siglo XX, donde luego funcionó un hogar de tránsito de la Fundación Eva Perón. En ese mismísimo patio histórico, donde alguna vez habrá caminado la abanderada de los humildes, es donde nos vamos a sentar. Siempre hablando de su patio, podemos contar que disponen de varias clases de mesas: desde livings semitechados para grupos numerosos, con enredaderas que nos envuelven, hasta mínimas mesas de hierro y mármol ideales para una pareja acaramelada. Las dos particularidades del lugar son: es pet friendly, por lo que no es nada raro encontrarse algún canino bebiendo de una pequeña tacita, mientras su dueño toma un café. La segunda característica es que tienen especialidad en crêppes. Salen rápido y son elaborados en el mismo patio, en una garita estilo francés, delante de nuestros ojos. Por mencionar sólo algunos: la crêpe de salmón Gravlax, queso crema al limón, o el Wrap vegetariano, guacamole, lechuga, brotes de soja y zucchinis macerados, con crema de curry o en dulces, el de chocolate con almendras tostadas, o el de almíbar y cascaritas dulces de naranja. 
El menú, creado por el chef Ramiro Solís, está basado en refinadas versiones de platos o bien típicos o bien predilectos por el paladar porteño. 

El menú, creado por el chef Ramiro Solís, está basado en refinadas versiones de platos o bien típicos o bien predilectos por el paladar porteño. 
Son recomendables los sorrentinos de queso de cabra, ricota y pera con salsa cremosa de queso, o el pastel de papas y carne con copo de merengue dulce, o la parrillada de pescados y mariscos, que tiene salmón blanco crocante, langostinos, brochette de vieiras, mejillones, rabas y salsa pico de gallo. Sobre el piso de damero, entre las enredaderas y las flores, con una deliciosa limonada en la mano, tal vez proyectando una caminata por el Botánico, el verano porteño es nuestro amigo otra vez. 
Museo Evita, J.M. Gutierrez 3926, Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Teléfono: 4800-1599. 



Tan desesperados como vos por sobrevivir al verano porteño, buscamos cuatro opciones para sentarte a comer lejos de las bocinas y cerca de la naturaleza.


KITAYAMA
Sobre Virrey del Pino, a pocos metros de avenida Cabildo, nos encontramos con Kitayama, un tradicional restaurante japonés. Todo aquí responde a lo esencial de esta cultura, empezando por el nombre del lugar: Kitayama es un señor, que además de ser el dueño, es sushiman desde hace cuarenta años. Fundó el restaurante en 1979 en el barrio de Montserrat y desde ahí no paró. Se trata de uno de los mayores exponentes de esta gastronomía en nuestro país, a donde acuden tanto integrantes de la comunidad como amigos del buen comer. Cuando entramos podemos ver al Sr. Kitayama, fileteando salmón y armando niguiris con pequeños golpes de magia pura. 
Lejos de las estilizadas decos niponas que se estilan en este tipo de restaurantes, Kitayama respira autenticidad por donde se lo mire. En la entrada hay un precioso jardín japonés -no podía ser de otro modo- surcado por un caminito de piedra, rodeado de plantas autóctonas y pequeñas fuentes, donde también hay mesitas. El local por dentro también respeta el estilo nipón, abunda la madera clara y los amplios ventanales. Podemos elegir comer tanto en el jardín, como en las mesas de adentro, o en el tradicional tatami, para quienes se animan a la proeza de las piernas cruzadas en el suelo. 
La carta tiene más de sesenta platos. Por supuesto que lo más solicitado es el sushi y con razón: es fresquísimo y elaborado de forma perfecta y sutil. Pero, también podemos aventurarnos a otros platillos clásicos y deliciosos que para los paladares locales son toda una novedad: los diferentes preparados con Udon (fideo japonés), los pinchos de carne de cerdo con cebolla, el sukiyaki, las riquísimas guiozas, o los más conocidos tempura. 
Un dato: Jorge Luis Borges (probablemente incentivado por María Kodama) fue habitué de Kitayama y se convirtió en un fanático de su Sashimi. ¿Por qué no vamos a serlo nosotros? 
Kitayama, Virrey del Pino 2448, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.Teléfono: 4788-9955. Del 31 al 15 de enero permanecerá cerrado. 



Tan desesperados como vos por sobrevivir al verano porteño, buscamos cuatro opciones para sentarte a comer lejos de las bocinas y cerca de la naturaleza.


Quimbombó.
En una zona que habitualmente es el meeting point de todas las salidas, existe un lugar donde podemos comer al fresco y frente a una vista vivificante. Se trata deQuimbombó. Un restaurante que en pleno Palermo Soho nos ofrece la posibilidad de sentarnos en dos exclusivas terrazas a ver pasar las nubes mientras tomamos un renovador trago frozen. Se trata de una casa de tres niveles con diversos climas, donde en el último piso se encuentran las terrazas. De un lado la propuesta es más intima, con una barra larga y mesas bajas con sillones y velitas. 
Del otro, las mesas son más amplias y permiten grupos numerosos. Quimbombó está ubicado frente a la plaza Armenia, exactamente delante de la gran fuente circular. La vista es inmejorable. 
La carta nos ofrece un abanico de posibilidades donde la tendencia general es la de la comida sana. Hay toques indios, otros latinoamericanos, otros orientales, pero siempre dentro de la alimentación provechosa para la salud y el espíritu. Dentro de las entradas está el carpaccio de zucchinis, rico y liviano como una pluma. Se puede seguir con una de las gustosas ensaladas, entre las que se destaca la de verduras asadas, o pasar directamente al plato principal. Son recomendables los capelletis de salmón y centolla, y el Thali, plato indio degustación, que trae diversos guisados (currys), arroz blanco, chutneys, pakoras, samosas, encurtido de ají picante y chapatis. Los postres son otro fuerte de la carta: refrescantes, intensos y originales. Algunos ejemplos: el contundente marquisse de chocolate y naranja, y el baklavá de manzana y nueces con helado de banana y ron. 
De tarde o de noche la alternativa Quimbombó es para tener en cuenta. La bonita fuente de la plaza Armenia no se mueve de su lugar. Quimbombó, Costa Rica 4562, Ciudad de Bs As Teléfono: 4831-5556. 






Plaza de Mayo

Las vallas que la dividen ya llevan 10 años y nadie se hace cargo de sacarlas.

Fueron puestas en 2001. La Policía dice que nunca recibió la orden de retirarlas.


En medio de la conmoción social y política de fines de 2001, un día la Plaza de Mayo apareció llena de vallas, con el objetivo de preservar a la Casa Rosada ante la situación excepcional de intranquilidad. La crisis se extendió, el clima siguió alterado y las vallas se volvieron parte del paisaje . Lo raro pasó más tarde, cuando llegó la recuperación económica, el clima social se relajó y nadie tocó las vallas. Tanto que hoy, después de ocho años consecutivos de crecimiento económico, y con el gobierno más votado desde la vuelta de la democracia, hasta ayer las vallas seguían cruzando todo el ancho de la Plaza de Mayo y dividiéndola en dos, a la altura de las calles Defensa y Reconquista.
El mes pasado, y sin los votos de los diputados kirchneristas, la Legislatura porteña aprobó una declaración por la cual manifestó que “vería con agrado” que el Gobierno de la Ciudad gestione ante el Nacional la liberación de la Plaza de Mayo . La declaración se hizo a instancias del legislador de Proyecto Sur Rafael Gentili, quien dijo: “Cuando son actos favorables al kirchnerismo, como por ejemplo el festejo de la asunción de Cristina,las vallas son retiradas . Luego las vuelven a colocar y cuando se hace una manifestación que al Gobierno no le gusta, como por ejemplo alguna de la CTA, las protecciones quedan allí, para que nadie se pueda acercar”.
Parece difícil, de todas maneras, que cualquier gestión tenga éxito, a juzgar por la experiencia que tuvo el Defensor del Pueblo Adjunto, Gerardo Gómez Coronado. Este funcionario abrió un expediente en 2009, con el fundamento de que “las vallas impiden la libre circulación de peatones, menoscaban el valor patrimonial de la Plaza y constituye un elemento antiestético en uno de los lugares más visitados de Buenos Aires”.
En abril de 2010 Gómez Coronado preguntó formalmente a la Policía Federal qué decreto o resolución había ordenado la colocación de las vallas y en qué fecha está previsto retirarlas . Un mes más tarde se recibió la respuesta: que las vallas habían sido colocadas en 2001 “con la finalidad de resguardar la Seguridad de la Casa de Gobierno” y que “por directivas expresas de las Autoridades nacionales de dicha época se implementó el actual perímetro de seguridad”. Con respecto al retiro de las vallas se informó que “hasta el momento no se han recibido directivas para que se proceda al levantamiento”.
“La realidad es que la Plaza de Mayo forma parte del Area de Protección Histórica y que allí no se puede tocar ni una planta sin que lo establezca una ley y sin que opine, además, el Consejo del Plan Urbano Ambiental (COPUA)”, dijo Gentili.
“Solicitamos la quita del vallado que divide artificialmente la Plaza de Mayo, considerando que ya no existen razones para ello, y para que ésta pueda ser nuevamente ser disfrutada en su plenitud por todas aquellas personas que diariamente se dan cita en ella”, dicen los fundamentos de la declaración que aprobaron los legisladores. Todos reconocen, sin embargo, que es un gesto político, casi sin chance de hacerse realidad.

El subte llegará a Recoleta en 2015

El subte llegará al barrio de Recoleta en septiembre de 2015. Así se desprende del cronograma de obras de extensión de la línea H, que hoy corre entre Parque Patricios y Once bajo el eje de las avenidas Jujuy y Pueyrredón, y en el futuro llegará por el Norte hasta la llamada plaza Francia y por el sur hasta Pompeya. En ese trayecto sumará estaciones en las intersecciones con las avenidas Córdoba y Santa Fe, y en plaza Las Heras.


Se trata de una línea clave para conectar la red de subtes, porque actualmente ya se cruza con las líneas A, a la altura Rivadavia, y con la B, a la altura de Corrientes, y luego permitirá también una unión con la línea D, a la altura de la avenida Santa Fe, y otra con la E. De este modo, los vecinos podrán viajar en subte desde el barrio de Núñez hasta el de Parque Patricios, o desde Belgrano hasta Flores, entre otras opciones hoy imposibles.


En total, la línea H crecerá cuatro kilómetros. Con una inversión oficial de 2227 millones de pesos, una UTE conformada por Techint y Dycasa, se construirán las estaciones Córdoba, Santa Fe, Las Heras y Plaza Francia, y las estaciones Sáenz y Pompeya hacia el Sur.


Actualmente ya está en ejecución la estación previa a estas dos últimas, Hospitales, con fecha de inauguración para mayo próximo. La estación toma su nombre de los centros de salud cercanos, Churruca y José Pena. Durante este año, también se habilitarán las paradas San José de Flores y San Pedrito, de la línea A, y Echeverría y Juan Manuel de Rosas, de la línea B.


INAUGURACIÓN SIMULTANEA


Las seis estaciones de la línea H cuyo lanzamiento encabezó ayer el jefe de gobierno, Mauricio Macri , serán estrenadas todas juntas, y no por tramos, como se hizo anteriormente en esta y otras líneas de la red. "El plazo de ejecución son 43 meses. Tenemos previsto habilitar las nuevas paradas en septiembre de 2015", confirmó a LA NACION el presidente de Subterráneos de Buenos Aires, Juan Pablo Piccardo.


Hasta entonces, sólo durante 2012 una veintena de obradores serán montados y desmontados sobre la avenida Pueyrredón, entre Libertador y Córdoba, para el ingreso de los camiones que retiran la tierra de la excavación del túnel y para mantener ventilado el ducto subterráneo.


La obra arrancará desde el Bajo, por eso actualmente el único obrador instalado es el situado sobre la plaza Intendente Alvear, más conocida como plaza Francia, donde ayer el jefe de gobierno hizo la presentación pública de las obras. Esta situación obligó a desplazar a la tradicional feria artesanal que allí funciona.


El despliegue de obradores ocupará parcialmente la avenida Pueyrredón, de doble mano, con los consecuentes trastornos para el tránsito vehicular.


DESVIOS RECOMENDADOS:


Por eso, desde la Subsecretaría de Transporte y Tránsito recordaron ayer que, para evitar eventuales embotellamientos, los autos particulares pueden tomar como vías alternativas: Anchorena y Ecuador, en sentido hacia Once, y Larrea, en sentido hacia Libertador. En tanto, los colectivos seguirán circulando por Pueyrredón, sin alterar su recorrido habitual.


Una vez concluidas las obras, la línea H tendrá una extensión total de 10 kilómetros en 14 estaciones y se prevé que llegará a movilizar diariamente alrededor de 300.000 personas. Hoy, los usuarios emplean la línea, entre Parque Patricios y Corrientes, a lo largo de siete estaciones: Parque Patricios, Caseros, Inclán, Humberto I, Venezuela, Once y Corrientes.


Para alimentar una línea con demanda creciente, durante noviembre se abrieron los sobres de una licitación para la compra de 102 coches para la línea H, equipados con aire acondicionado y cámaras de seguridad.


La futura cabecera norte de la línea (Plaza Francia) recogerá al público asistente a la Facultad de Derecho, al Museo de Bellas Artes, al Centro de Exposiciones de la Ciudad, al shopping Buenos Aires Design y a otros lugares de interés cultural existentes en ese rincón de Recoleta. Por el Sur, la cabecera Sáenz permitirá el acceso al subte a los pasajeros que llegan desde los partidos bonaerenses de Lanús y Lomas de Zamora en colectivo por el puente Alsina y a los usuarios que ingresan en el ferrocarril Belgrano Sur desde La Matanza.



lunes, 16 de enero de 2012

Es hora de tirarse a la pileta

Cuando calienta el sol en la ciudad, las estancias, los hoteles con spa de lujo y piscinas privadas y municipales ofrecen distintas opciones para encontrar alivio.




Para quienes se quedan en Buenos Aires en verano, o para los que preparan sus vacaciones, varias opciones de piletas en la ciudad y alrededores.

Hoteles 5 estrellas

Sheraton Buenos Aires
Una piscina cubierta con nado contracorriente, otra descubierta y un sector de sombrillas y servicio de Pool Bar. El Day Spa Relax permite el uso de las piscinas, gimnasio, sauna, vapor, ducha escocesa y sala de descanso, lockers, toallas, batas, ojotas y productos de tocador. Cuesta $ 320. 
www.sheraton-ba.com 

Hilton Buenos Aires
La piscina externa climatizada ofrece una panorámica de Puerto Madero. El pase diario en Hilton Health Club por $ 330 (mensual, $ 1.100) incluye sala de aparatos, sauna seco (hombres), vapor, hidromasaje con ozonoterapia (damas), lockers, toallas, batas, ojotas, centro de belleza y spa. 
www.hiltonbuenosaireshotel.com

Four Seasons
En los jardines de La Mansión se encuentra la piscina climatizada al aire libre. El Health Club invita también al gym, sala de relax, vapor y sauna seco. Las amenidades, aguas saborizadas, frutas, tés, lockers, batas, toallas, cremas y fragancias están incluidos. Pase diario, US$ 145.
www.fourseasons.com

InterContinental
Desde la piscina descubierta climatizada de la terraza se ven los edificios del centro. Tiene solarium y spa a cargo del Vilas Club Hotel InterContinental. El pase diario ($ 300) incluye piscina, gym, sauna, vapor, relax, tés, locker, ropa blanca y amenities. Hay pases con masajes ($ 475, todo incluido) y con desayuno, almuerzo y tratamientos ($ 860).
Teléfono: 4340-7100

Marriott Plaza Hotel
Tiene piscina descubierta climatizada con solarium. El día de spa incluye sauna seco, jacuzzi, relax, gym, ropa blanca, amenities y lockers. Pase diario, $ 300.
Teléfono: 4318-3000

Sofitel La Reserva Cardales
A 61 km de Capital, se destaca por su gran piscina climatizada y jacuzzi, en un spa de 1.500 m2 con pileta lúdica. Varios programas combinan circuitos de aguas y fitness. De lunes a jueves, $ 450; de viernes a domingos, $ 585.
www.sofitellareserva.com
Sofitel Arroyo
Luces tenues rodean la piscina climatizada cubierta, junto al sector de relax, Hammam bath y sala de fitness con equipos cardiovasculares de alta tecnología, Power Plate, máquina de kinesis y yoga mat. La habitación doble cuesta US$ 248 (más IVA).
Teléfono: 4131-0125

Hotel Panamericano
Con vista al Obelisco, la piscina climatizada se encuentra en el piso 27. Día de Spa: sauna, gimnasio, lockers, bata y toallas, $ 300.
Teléfono: 4348-5000

Palacio Duhau-Park Hyatt
El Ahín Wellness & Spa tiene piscina cubierta semiolímpica con agua tratada con ozono, que es menos dañina para la piel y el cabello. Hay Fitness Center, jacuzzi, sauna, masajes y tratamientos de belleza. Cuesta $ 495.
Teléfono: 5171-1234

Hotel Emperador
El Health Club cuenta con piscina climatizada, sauna, aparatos y masajes. Habitación base doble, desde US$ 150 (más imp.).
www.hotel-emperador.com.ar

Alvear Palace Hotel
El Alvear Spa & Fitness Center tiene piscina cubierta y lúdica, sala de kinesis, sauna finlandés, baño de vapor, ducha escocesa y fitness. Cuesta $ 250.
www.alvearpalace.com

Estancias

Santa Elena
En Las Heras, el día de campo incluye picada, almuerzo, merienda, pileta y paseos en carro y a caballo. Cuesta $ 145; hasta 9 años, $ 90; dos días y una noche con pensión completa, $ 510.
www.www.estancisantaelena.com

El Gateado
Propone un día de campo en Tomás Jofré con carreta, juegos, almuerzo de campo y merienda. Sale $ 140; de 3 a 10 años, $ 70; uso de piscina, $ 20 por persona.
www.estanciaelgateado.com.ar

Villa María 
En el partido de Ezeiza, ofrece canchas deportivas, caballos y caminatas a orillas del lago. Día de campo con pileta, $ 520. 
www.estanciavillamaria.com

La Mimosa
En Open Door; el día de campo (asado, paseo a caballo y en carro) cuesta $ 140; 4 a 10 años, $ 70.
www.estancialamimosa.com.ar

Casa de campo Coloma
En Santa Coloma, cerca de San Antonio de Areco, tiene 3 piletas y solario; 2 d./1 n. con pensión completa, $ 490; 3 d./2 n., $ 660.
www.casadecampocoloma.com.ar

Piletas privadas

Parque Norte
Situado en Av. Cantilo y Güiraldes, frente a Ciudad Universitaria. Tiene tres piletas, toboganes de agua y recreación. Para no socios: pileta de lunes a viernes, $ 50; fines de semana y feriados, $ 65; y de 6 a 11 años, $ 25 y $ 35, respectivamente. Grupo familiar no socio de lunes a viernes, $ 130; fines de semana y feriados, $ 200. Estacionamiento, $ 15.
www.parquenorte.com

Magic Center Club
En Palermo (Dorrego 2880), ofrece estacionamiento, reposeras y sombrillas. Sale $ 55 de lunes a viernes; de 13 a 17 años, $ 45; y de 3 a 12 años, $ 35; y $ 70 los sábados, domingos y feriados; de 13 a 17, $ 55; de 3 a 12 años, $ 45.
www.magiccenterclub.com

Open Park
En Av. Rincón y Av. Villegas, en San Justo, cuenta con cuatro piletas de natación, toboganes acuáticos, solarium con spa y recreación. Pase diario: $ 65; de 4 a 12 años, $ 58; fines de semana, $ 89; y de 4 a 12 años, $ 68.
www.open-park.com.ar

Parque Ribera Sur
En Av. Roca y General Paz, Villa Lugano, tiene dos piletas de agua salada y otra para chicos. Parque y piscina, $ 45 de lunes a viernes y $ 60 los fines de semana y feriados; autos, $ 10. 
www.parqueriberasur.com.ar

Piletas Namuncurá
Tres piscinas de agua salada y otra para niños. En Camino de Cintura (ruta 4) y Ricchieri (Puente 12), Aldo Bonzi. De lunes a viernes, $ 45; sábados, domingos y feriados, $ 75; hasta 6 años, gratis. 
Teléfono: 4442-1940.

domingo, 15 de enero de 2012

De cara a nuevo

La Galería Güemes recuperó su fachada sobre San Martín, la única original que le queda. Después de décadas, se puede ver el planteo original del ornamento y algunas piezas realmente únicas.






 Por Sergio Kiernan
La Galería Güemes sigue dando un ejemplo de libro –de tomo, de ensayo– del valor agregado que es el patrimonio. El magnífico edificio de Gianotti acaba de inaugurar la restauración de su fachada sobre la calle San Martín, la única original que le queda desde el incendio sobre Florida en los setenta. Verla con sus cementos en orden, sus herrerías pintadas y buena parte de las broncerías originales en su lugar es un privilegio: deben ser muy mayores los porteños que se acuerdan de esta alzada magnificente en este estado.
En la medio inimaginable Argentina optimista y rica de hace un siglo, la Güemes fue un ejemplo espectacular del tipo de capital que se estaba construyendo. Florida, chiquita y llena de autos y carrozas, ya era la calle comercial por excelencia desde hacía rato. Ni la Victoria que luego sería Hipólito Yrigoyen, con sus tiendas de telas y moda, ni mucho menos la Corrientes tanguera le competían a la Gran Vía de las mejores tiendas. En ese mundo jurásico, “El Centro” tenía a la Avenida de Mayo como eje y a Gath & Chaves como joya. Un grupo de inversores le salió a competir y así nació la galería.
El proyecto no era una tienda de departamentos ni una galería a la manera italiana, como la que seguimos conociendo como la Pacífico. A su manera, era mucho más urbana y moderna, un complejo de oficinas y comercios, con un teatro en sus profundidades y una torre-mirador, con bar y confitería, en las alturas. La Güemes nació como el edificio más alto de la urbe, con la torre más rara y moderna posible –tanto que sigue llamando la atención por su ascetismo en pleno siglo 21– y con un estilo de lujo ecléctico, algo desaforado, de fiesta.
¿Qué es la Galería Güemes? Habrá que refugiarse en esa palabra tan baqueteada, “eclecticismo”, porque no hay otra que le quepa. Esta pieza única es salvajemente individualista pero hija de las licencias poéticas del Art Nouveau. Lo que explica sus curvas, sus apliques ovoides en el gran cañón principal, sus desmadres escultóricos. Pero no explica encontrar capiteles casi bizantinos, estatuaria clásica, arcos de medio punto. Y, en todo caso, ¿qué hacen esos guerreros aztecas marcando los rebordes de donde nacen las arquerías? La belleza y la riqueza de este edificio tienen raíces en esas preguntas, y pocas construcciones porteñas emboban y distraen tanto como ésta.
Lo que le pasó a la Güemes es típico y simple: de un edificio bello y moderno pasó a ser simplemente uno viejo. Con un siglo encima, ahora es vista como un valor, un espacio que simplemente no podríamos construir. Sus dueños decidieron hace unos años revalorizar lo suyo y mostraron que con inteligencia y rigor estético el patrimonio es marca y valor agregado. La historia empezó con un administrador astuto que comenzó a restaurar la galería en sí, el vasto cañón de triple altura. De esos trabajos retornó una nueva luz, una belleza que acostumbró a todos a mirar para arriba y a ver turistas embobados, cámara en mano, viendo algo que no existe en las Américas y es raro hasta en Europa.
Con el cañón renovado, los locales despejados, los kioscos en buen orden, la galería ganó piné y marcas. Tiene una ocupación del ciento por ciento en espacios comerciales y muy alta en sus pisos de oficinas. El teatro que descubrieron intacto en el subsuelo, hoy llamado Piazzolla pero en sus tiempos famosos como bataclán de lujo, le dio una vida nocturna poco común a las galerías. El proceso de restauración se expandió a cada oficina que se desocupaba y que, antes de ser alquilada nuevamente, era despejada de moquetes y pinturas tontas, divisiones y “mejoras” para retornar lo más posible al original.
En los pasillos internos del vasto edificio se pueden ver hoy cateos profesionales para encontrar las combinaciones originales de colores, primera parte de un plan de repintar todo como en 1912. También se ven vidrios en pleno despintado, portones y verjas que pierden capas de esmaltes, mármoles que salen del gris del tiempo. Hay planes para reponer copias de las infinitas palmetas de bronce que poblaban rincones y verjerías, y que fueron robadas. Y se habla, con un brillo en los ojos, del futuro del mirador, de la terraza, del bar allá arriba, que es una belleza.
Y ya se puede detener uno en la calle San Martín, que duele de angosta para disfrutar de la fachada. Quien sacrifique el cuello doblado hacia atrás verá a nuevo el formidable arco de acceso, sostenido por columnas pareadas de buen mármol italiano. Allá arriba se verá una suerte de ¿zigurat? ¿templo? que es simplemente el modelado de la fachada con órdenes de ventanales y un balcón con columnas. Por encima de la cornisa, el edificio parece terminar, pero no, apenas se retira para seguir subiendo, invisible en este ángulo.
A izquierda y derecha se verán los grupos escultóricos ornamentales de los locales, uno de ellos con sus pesados, notables hierros originales, tocados de un cobre que ahora asoma. Y por encima, en los balcones de fierros negros, vuelven a campear después de décadas las cuatro esculturas de bronce trompetero, del amarillo y duro, con un pulido y protección flamantes para bancarse el aire sucio de la ciudad.
Estas alegrías van construyendo, o reconstruyendo, un lugar de Buenos Aires que efectivamente anduvo perdido. Es un simple tema de pensamiento: el patrimonio es muy bello, está muy bien construido y es un atractivo natural para seres humanos. La ecuación le está cerrando a la Güemes, en un proceso que sigue y sigue.